In the fall of 1980, Gustavo Jesus Roque arrived in the United States from Havana, Cuba. With him came a lifelong love of art—something that had been part of his identity since childhood.
Born in 1953, Gustavo grew up drawing cartoons, characters, and scenes from everyday life. He never received formal training, but through years of practice and observation, he developed a style all his own. Art was never just a hobby—it was how he processed the world.
Now living in Miami, Florida, Gustavo draws constant inspiration from the city’s vibrant cultural mix. The colors, rhythms, and traditions of different communities all influence his creative perspective and keep his work evolving.
He is especially inspired by the natural world, particularly the ocean and tranquil landscapes. His work often features rich colors, expressive brushwork, and a sense of calm. He paints not to impress, but to invite viewers to see the beauty and positivity in the world around them.
Today, after decades of creating, Gustavo continues to paint with heart, dedication, and purpose.
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En el otoño de 1980, Gustavo Jesús Roque llegó a los Estados Unidos desde La Habana, Cuba. Con él traía una pasión por el arte que lo había acompañado desde la infancia.
Nacido en 1953, Gustavo creció dibujando caricaturas, personajes y escenas de la vida cotidiana. Nunca recibió formación académica, pero a través de los años fue desarrollando un estilo propio, basado en la práctica y la observación. El arte nunca fue solo un pasatiempo—fue su forma de entender el mundo.
Hoy vive en Miami, Florida, donde encuentra una fuente constante de inspiración en la mezcla de culturas que caracterizan la ciudad. Los colores, ritmos y tradiciones de distintas comunidades enriquecen su perspectiva artística y le dan nueva vida a su obra.
Se inspira especialmente en la naturaleza, en particular el mar y los paisajes tranquilos. Su trabajo destaca por el uso de colores vivos, pinceladas expresivas y una sensación de serenidad. No pinta para impresionar, sino para invitar al espectador a ver la belleza y la positividad que nos rodean.
Hoy, después de décadas creando, Gustavo continúa pintando con corazón, dedicación y propósito.